Mucho se habla estos días sobre los menas, su futuro (incierto y con el que no nos estamos caracterizando por nuestra humanidad), pero sabemos qué es un mena realmente, sabemos qué les depara la vida aquí. Hoy hablamos sobre la problemática de los menas en la frontera.

MENA (Menores Extranjeros No Acompañados) es la sigla que se utiliza para denominar a los niños, niñas y adolescentes, menores de 18 años y de origen extranjero que están en España sin el cuidado o acompañamiento de ningún adulto.

Normalmente estos niños proceden del Magreb, sobre todo Marruecos y Argelia, aunque los hay que vienen de lugares mucho más recónditos. La gran mayoría destacaremos vienen del continente africano, jugándose la vida, que en el mejor de los casos acaba con sus huesos en un centro de menores y el peor convirtiéndose en parte del polvo del camino por el que sus compatriotas intentarán no correr esa misma fúnebre suerte.

¿Que le espera a un mena cuando llega a suelo español?

Cuando llegan a suelo español, se activa el llamado Protocolo Marco de Intervención con Menores Extranjeros no Acompañados. Dicho protocolo, cuyo contenido está basado en normas como la Ley de Extranjería, la Ley de Infancia y el Código Civil, no se cumple en todas las ocasiones, ni tampoco se aplica del mismo modo en las distintas comunidades autónomas. Como consecuencia, el menor se enfrenta a diversas carencias durante su estancia en España que aumentan su vulnerabilidad y que ya han sido señaladas por organismos como el Comité de los Derechos del Niño de la ONU.

Profundicemos en el Protocolo Marco que les es aplicado.

  • Lo primero que se indica es que todas las actuaciones que se realicen serán siempre en beneficio del menor, algo cuestionable. El fin inicial es promover las reagrupaciones de los menores con sus familias en país de origen cuando esto sea posible, si no es viable entonces se le asignará un NIE tras lo cual se le informará (no siempre en su idioma), sino en el que se pueda proporcionar que se asimile más al suyo y con el que “más o menos entienda” los derechos y libertades que le asisten.
  • Después si no se consigue que ningún responsable adulto se haga cargo del menor, se pasa a la comprobación de la edad del mismo. A petición de la fiscalía, pues por duro que nos parezca, la edad se asignará acorde a una radiografía de muñeca para ver si los huesos están o no unidos (si están unidos se deduce que es mayor de edad, sino, menor). Si quedase alguna duda mediante la palpación de las gónadas sexuales en los varones y si hay vello púbico y la formación del aparato reproductor en las niñas, todo esto a mano, por un médico que no conocen y no habla su idioma.
  • A partir de esa prueba harto científica para calcular edades se establecerá que el menor nació el día que se le hicieron dichas pruebas y un médico determinó su edad (el médico pone la edad y las autoridades el día).
  • Tras este bochornoso proceso, pasaran por toda una suerte de centros de menores y acogida para que se integren, pero mi pregunta es ¿no estamos creando una maquinaria de carne de cañón que como consecuencia nos devuelve delincuentes en potencia?

Quizá si fuéramos algo más humanos y menos divinos, no tendríamos una lacra, sino ciudadanos de bien.

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